« Señor mi querido hermano : yo no tengo mas amigos que V. A. I. El rey, mi amado esposo, os escribe implorando vuestra amistad. En ella está únicamente nuestra esperanza. Ambos os pedimos una prueba de que sois nuestro amigo, y es la de hacer conocer al emperador lo sincero de nuestra amistad y del afecto que siempre hemos profesado á su persona, á la vuestra y á la de todos los franceses. El pobre príncipe de la Paz, que se halla encarcelado y herido por ser amigo nuestro, apasionado nuestro y afecto á toda la Francia, sufre todo por causa de haber deseado el arribo de vuestras tropas y haber sido el único amigo nuestro permanente. Él hubiera ido á ver á V. A. si hubiera tenido libertad, y ahora mismo no cesa de nombrar á V. A. y de manifestar deseos de ver al emperador.
Consíganos V. A. que podamos acabar nuestros días tranquilamente en un país conveniente á la salud del rey (la cual está delicada como también la mía), y que sea esto en compañía de nuestro único amigo, que también lo es de V. A.
Mi hija será mi intérprete, si yo no logro la satisfacción de poder conocer personalmente y hablar á V. A. ¿Podríais hacer esfuerzos para vernos aunque fuera un solo instante de noche o como quisierais ? El comandante edecán de V. A. contará todo lo que hemos dicho.
Espero que V. A. conseguirá para nosotros lo que deseamos, y que perdonará las faltas y olvidos que haya cometido yo en el tratamiento, pues no sé dónde estoy, y debéis creer que no habrán sido por faltar á V. A. ni dejar de darle seguridad de toda mi amistad.
Ruego á Dios guarde á V. A. I. muchos años. Vuestra más afecta. =Luisa. »