« Conforme á las órdenes de V. A. I. vine á Aranjuez con la carta de V. A. para la reina de Etruria. Llegué á las ocho de la mañana : la reina estaba todavía en cama : se levantó inmediatamente : me hizo entrar : le entregué vuestra carta : me rogó esperar un momento mientras iba á leerla con el rey y la reina, sus padres : media hora después entraron todos tres á la sala en que yo me hallaba.
El rey me dijo que daba gracias á V. A. de la parte que tomabais en sus desgracias, tanto mas grandes, cuanto era el autor de ellas un hijo suyo. El rey me dijo : « que esta revolución había sido muy premeditada ; que para ello se había distribuido mucho dinero, y que los principales personajes habían sido su hijo y Mr. Caballero, ministro de la Justicia : que S. M. había sido violentado para abdicar la corona por salvar la vida de la reina y la suya, pues sabia que sin esta diligencia los dos hubieran sido asesinados aquella noche ; que la conducta del príncipe de Asturias era tanto mas horrible, cuanto mas prevenido estaba de que conociendo el rey los deseos que su hijo tenia de reinar, y estando S. M. próximo á cumplir sesenta años, había convenido en ceder á su hijo la corona cuando este se casara con una princesa de la familia imperial de Francia, como S. M. deseaba ardientemente. »
El rey ha añadido que el príncipe de Asturias quería que su padre se retirase con la reina su mujer á Badajoz, frontera de Portugal : que el rey le había hecho la observación de que el clima de aquel país no le convenía, y le había pedido permiso de escoger otro, por lo cual el mismo rey Carlos deseaba obtener del emperador licencia de adquirir un bien en Francia y de asegurar allí su existencia. La reina me ha dicho : « que había suplicado á su hijo la dilación del viaje á Badajoz ; pero que no había conseguido nada, por lo que debería verificarse en el próximo lunes. » Al tiempo de despedirme yo de SS. MM. me dijo el rey : « yo he escrito al emperador poniendo mi suerte en sus manos : quise enviar mi carta por un correo ; pero no es posible medio mas seguro que el de confiarla á vuestro cuidado. » E1 rey pasó entonces á su gabinete, y luego salió trayendo en su mano la carta adjunta. Me la entregó y dijo estas palabras : « mi situación es de las mas tristes ; acaban de llevarse al príncipe de la Paz y quieren conducirlo á la muerte : no tiene otro delito que haber sido muy afecto á mi persona toda su vida. »
Añadió : « que no había modo de ruegos que no hubiese puesto en práctica para salvar la vida de su infeliz amigo ; pero había encontrado sordo á todo el mundo y dominado del espíritu de venganza. Que la muerte del príncipe de la Paz produciría la suya, pues no podría S. M. sobrevivir á ella. »=B. de Monthion. »