CRÓNICA

Conferencia.

La organización de conferencias, uno de los fines que hace tiempo perseguía con insistencia nuestra Sociedad, ha obtenido, por fin, un feliz éxito después de un trabajo continuo de propaganda y de preparación llevado á cabo por la Comisión nombrada al efecto en la primera Junta general de este curso.

De las gestiones previas realizadas por esta activa Comisión, compuesta de los Sres. Marqués de Echandía, Mataix, León y Ortiz, López Soler y P. Moreno, se han ido enterando nuestros lectores por los extractos de las actas de las sesiones, y hoy sólo nos resta felicitará dichos señores por el acierto con que han cumplido su cometido.

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Realmente, como la mayor parte de la prensa diaria de Madrid informó, la primera conferencia del curso revistió el carácter de solemnidad científica.

El discurso pronunciado por D. José Ortega Gasset en el artístico salón del Ateneo de Madrid, presidiendo la sesión una personalidad tan elevada y competente como es el Sr. Miranda, Ministro de Marina, y asistiendo un público tan escogido como numeroso, que literalmente llenaba el salón, dejó una impresión gratísima en todos los que por los éxitos de esta nuestra Sociedad nos interesamos.

Renunciamos á extractar el discurso del sabio conferenciante, porque sería una profanación literaria y porque está en estudio el medio de proporcionar á todos los socios el texto íntegro de esta conferencia y de las sucesivas. Mas con todo no podemos substraernos al deseo de decir dos palabras acerca de la primera conferencia, que tanto entusiasmo produjo en los oyentes de la misma.

Dedicó á la cultura en general, D. José Ortega Gasset, la amplia introducción de su discurso, en la que sólo expuso ideas generales y de carácter filosófico, revestidas de una correctísima forma expositiva. Tanto en esta parte de su disertación, como después de haber entrado en el tema « La función de la Matemática en la cultura » fué interrumpido repetidas veces por los aplausos del auditorio.

Ante éste hizo desfilar, invocados por su verbo elocuente, los nombres de Pitágoras, atribuyéndole la primacía en la adquisición del concepto de número ; de Platón, para quien tan poco significaba aquel que no fuese geómetra ; de Descartes, Galileo, Newton, Leibnitz, presentando los adelantos más esenciales de la Matemática como la fuente de los progresos de todas las demás ciencias.

Terminó el discurso haciendo votos por que la Sociedad Matemática Española consiga propulsar los estudios matemáticos en nuestra patria. Análogas demostraciones hizo después el Sr. Labra (que con los Sres. Estrada y Marqués de Echandía formaba también parte de la Mesa presidencial), y ofreció generosamente el salón del Ateneo para todas las conferencias que se proponga celebrar nuestra Sociedad.