Historia de la Matemática Iberica :: Correspondencia de Rey Pastor

De Rey Pastor a Babini 4 noviembre 1956

 

San Luis, 4 de Noviembre de 1956

Querido amigo Babini :

Apenas llegué a Buenos Aires, tras muchos titubeos ante los informes recibidos en Madrid sobre la "reestructuración universitaria" y especialmente sobre el decano efectivo en Buenos Aires, me informé por varias fuentes de que todo se reducía a vengar dos viejos rencores personales, haciendo saltar a "los dos viejos". Respecto de mí el cambio fué súbito, a raíz de haber declarado que el novel matemático sabe quizás química, pero no topología ; y que a su edad no cabe esperar un chispazo súbito que despierte insospechadas aptitudes creadoras ; más bien es seguro que abandone para siempre sus fracasados ensayos y se consagre a repetir libros. Siendo esta una realidad patente, resulta sangrienta ironía, el fundamentar su odio al gran profesor de Física (irracional como todos los odios) en no formar investigadores.

En cuanto a mí, todavía recuerdo el ditirámbico mensaje redactado y encabezado por él cuando me dejó cesante Rioja, con quien tuvo la habilidad de conservar él estrecha amistad, al igual que otros equilibristas, que ahora se dicen furiosos enemigos del régimen caído. Del Instituto de Matemáticas podrá decirse que sus trabajos no han sido sensacionales en esta ciencia, aunque los juicios de autoridades extranjeras hayan sido infinitamente más favorables que las de los críticos nacionales recibieron de sus publicaciones : pero sería notoria falsedad decir que no se trabajó. Mientras lo dirigí, hasta mi cesantía, en ese Instituto se elaboraron todas las tesis matemáticas aprobadas en la Facultad, a pesar de que los doctorandos pedían prescindir de su ayuda y así lo hizo uno, con mediano éxito, de la crítica extranjera.

Que en los últimos años, después de mi expulsión por causas políticas, y ahora tampoco, por causas políticas de signo distinto, no se investiga y en lugar de abordar problemas se recitan memorias ajenas, traducidas del inglés al castellano, coloquios sin duda útiles, que no merecen el falso nombre de Seminario, es una realidad visible, debería ser motivo par encauzar la desquiciada universidad, volviendo a sus actividades, es decir, reorganizar Institutos y Seminarios a la manera de tantas en numerosos países, en vez de hacer tabula rasa para satisfacción de los incapaces para la investigación, que lógicamente quieren impedir a toda costa que no los haya para no verse disminuidos en la comparación.

A juzgar por la noticia de Santaló y por su carta-invitación, fui al almuerzo creyendo de buena fé en que se trataba de una consulta, cuando no hubo tal, pues todo se redujo a una notificación. A través de todas sus cortesías, se le escapó al final crudamente ésta : he resuelto que desde el año próximo no haya más seminarios, excepto el de Matemáticas electrónica (o cosa parecida) en la cual tiene Vd. mucha fé y que en mi escarmiento de grandes proyectos de quienes todavía nada en serio demostraron juzgo de otro modo. No recuerdo que antecesor suyo "del régimen depuesto" creó ya tal Instituto como sección del Instituto, y se me pidió un reglamento, que naturalmente fue encarpetado o arrojado al canasto. Por suerte, ante la penuria de gentes preparadas en serio en esa disciplina, fue mejor que todo quedara en el papel. Ahora esperemos sus éxitos.

Una vez más veo clarividentemente lo que se podía esperar de sus consejeros y estuve acertado en andar merodeando por el todo el país buscando terreno propio para instalarme. Para evitarle la violencia del despido, respondí a su pregunta sobre mis planes, que pensaba en San Luis (ni hablar de Bahía que me solicita) sí, como parece, consigue biblioteca ; en caso contrario, no me quedara otro asilo que España de ambiente nada seductor, pero si logro una jubilación medio decente, me enclaustraré en algún archivo en calidad de fósil, descubriendo documentos viejos.

Después de su última "consulta" comprenderá Vd. que sería ingenuo asistir a más asambleas, a sabiendas de la risa que sus conclusiones, si las hay, darán a la novísima camarilla.

Para su tranquilidad de funcionario, le comunico que colaboraré en el período reglamentario, en la obligatoria farsa de los exámenes, saludándole atentamente