1.- Introducción

Cuando José Luis Abellan me propuso participar en este ciclo dedicado al exilio del 39 desde la actualidad rememoramos los tiempos en que apareció la obra dirigida por él, titulada El exilio español de 1939 [1] , en la que colaboré con la parte dedicada al exilio científico. Mucho han cambiado las cosas de 1976, año en que comenzaba la transición que convirtió la esperanza en desencanto. Transición, que para algunos fue símbolo de reconciliación, mientras que otros la consideran como la firma definitiva de claudicación y de aceptación de la España diseñada por Franco (que quedó atada y bien atada), y que era la postura antitética de la restauración republicana a la que se aplicaron los esfuerzos de muchos de los exiliados durante las cuatro décadas transcurridas desde la finalización formal de la guerra.

Aunque el Dr. D. Juan Negrín [2], fue fisiólogo eminente, educado en Alemania, auspiciado por la Junta de Ampliación de estudios, catedrático de fisiología, director del Laboratorio en el que se formó un futuro Premio Nobel, y que terminó transterrado, como tantos otros científicos, su exilio, no pueda incluirse estrictamente en el grupo de científicos exiliados, como correspondería en el bloque Ciencia de este ciclo de conferencias, sin embargo, sí puede incluirse en este apartado la escuela que él formó y que, en gran parte, se vio obligada a continuar sus actividades en el exilio, cuando su futuro debió ser parte de la regeneración científica de España. Además, la decisiva participación de Negrín en la organización de la ayuda al exilio general y los importantes aspectos de su exilio político desde donde intentó la restauración de la República en territorio español durante los años cruciales de la Segunda Guerra Mundial, le hacen ser uno de los protagonistas del exilio español de 1939.

Vamos a ver, pues, sucintamente algunos rasgos de la figura de Negrín como hombre regeneracionista cuyo principal móvil vital, a nuestro parecer, era la incorporación de España a la modernidad europea. Este rasgo le unía a otros muchos regeneracionistas que se dedicaron a la ciencia, no solo por la ciencia en sí, sino también por ser la actividad y el pensamiento científico uno de los aspectos más necesarios para que se produjese la necesaria regeneración en la vida española. Este sentimiento regeneracionista le llevo, primero, a cultivar la Ciencia, con el afán común con otros contemporáneos de incorporar el pensamiento racional en nuestra tierra. Y más tarde, para hacer más eficaz esa tarea, y que el esfuerzo empleado tuviese un efecto multiplicador, promovió la formación de discípulos y la creación de instituciones para llevar a cabo ese cometido con mayor rapidez.

Para realizar esos ideales vio necesario participar en la política que los hiciera posibles. Pero lo grave de la situación española en el primer tercio de siglo, con las enormes tensiones sociales motivadas por siglos de atraso, no solo le llevaron a hacer política científica, cultural y universitaria, sino que pronto se vio involucrado en las más altas responsabilidades de la política general española, con sus implicaciones en la europea y en la mundial.

De manera que cuando los obstáculos interpuestos a los cambios, desarrollo y modernización de España, condujeron a un enfrentamiento entre españoles, Negrín se vio implicado en las más altas responsabilidades de la Nación, y convertido en un hombre de Estado fiel a su concepción de modernidad y acorde con sus circunstancias sociales y personales. También en esta notable faceta, Negrín fue un hombre imprescindible para entender el exilio español de 1939.

2.- Regeneración y ciencia en España.

Para entender lo que significó el movimiento de regeneración cultural, no podemos olvidar el papel que jugó la Institución Libre de Enseñanza, y el hecho que esta institución se originó a raíz de los problemas derivados de la introducción, en la Universidad de Santiago, de la enseñanza de una de las teorías científicas que más han incidido en el pensamiento moderno : las teorías de Darwin. Estas teorías sustituían la fe por la razón, al sustituir lo sobrenatural de las ideas creacionistas, por lo natural de las ideas evolucionistas. En efecto, el retraso de la ciencia en España, es una consecuencia de la decadencia española, representada por el fracaso de dos dinastías, que habiendo tenido el privilegio de heredar uno de los acontecimientos más importantes de la modernidad, como fue el descubrimiento y la colonización de América, lo gestionaron despóticamente y no aprovecharon las riquezas culturales, espirituales y materiales que de allí provenían, y no supieron explotar adecuadamente los conocimientos científicos, la revolución científica que tal hecho suponía. El siglo de Oro español no fue un siglo moderno, ni hubo un siglo en el que la ciencia española brillara con esplendor, pese al intento realizado por la Ilustración.

El movimiento de regeneración se acentuó como reacción a la decadencia española culminada por los desastres del 98 con las simbólicas perdidas de Cuba y de la Filipinas. Junto al movimiento pesimista provocado por el 98, se alzó un movimiento regeneracionista  [3] , que trataba de replantearse la reconstrucción del el edificio patrio sobre nuevas bases más racionales y más sólidas, así como rescatar las formas democráticas, que no habían podido implantarse en los últimos siglos. Formas siempre latentes, y que en siglo XIX empezaron a expresarse de forma abierta en la Revolución de 1868, en la Primera República, en la Institución Libre de Enseñanza, etc., y que forman una fronda de hechos en los que se arraiga el pensamiento regeneracionista español, positivo, innovador, optimista, encabezado por un puñado iniciadores como Cajal, Torres Quevedo, Hinojosa, Torroja, etc...

En este periodo importante de transito entre dos siglos [4] en el que España comienza a tomar su pulso en distintos horizontes, y en particular en el horizonte científico, es cuando nace nuestro personaje. Es cuando la ciencia española de fin de siglo sale de la polémica secular  [5] sobre si ha habido ciencia en España, sobre las características del español para la producción científica, sobre la necesidad o importancia de dedicarse a este tipo de actividad. Desde el articulo España de Masson de Morvilliers en la Enciclopedia Metódica, el discurso de Echegaray sobre el atraso de la matemática en España, a las aportaciones de Menéndez Pelayo en su Ciencia Española, y de Unamuno en su “¿Qué inventen ellos ?”, hay toda una polvareda que estudia el atraso real de la ciencia en España.

La renovación educativa impulsada por la Institución Libre de Enseñanza, dio origen a la creación de la Junta para Ampliación de Estudios Véase, Ernesto García Camarero La ciencia en el primer tercio de siglo. Triunfo, Extra nº 507, p. 30-34. Junio 1972. , presidida por Cajal, y administrada diligentemente por José Castillejo. Fue la Junta una de las instituciones más importantes de renovación cultural española. Ella fue el origen de un entramado de centros de estudio, institutos y laboratorios científicos, pero sobre todo fue la reunión de personas que colaboraron por poner en marcha el pensamiento racional en España.

En este hervidero de ideas arraigaría la llamada generación de 1914-27, a la que sin duda pertenecería don Juan Negrín y en la que se incorporó a la vida intelectual de España.

3 Negrín científico.

Dada la importancia política de Negrín durante la guerra civil española, durante mucho tiempo ha quedado eclipsado su brillante perfil como hombre de ciencia. Sin embargo desde los años de la transición se esta produciendo el fenómeno inverso : el olvido de la figura de Negrín como político y su recuperación como científico  [6] .

Juan Negrín López, nació en 1892, en Las Palmas de Gran Canaria. Hijo de un hombre de negocios con relaciones comerciales por toda Europa, pudo elegir libremente el lugar más apropiado para su formación universitaria. Tras un par de estancias en Inglaterra, después de pasar por Kiel, llegó a Leipzig, una de las ciudades de mayor prestigio cultural y científico de Alemania, en cuya universidad se doctoró en medicina, a la edad de veinte años, e hizo sus primeros trabajos de investigación de la mano de E. von Brücke. Además, cursó también otros estudios regulares correspondientes a química y dedicó su atención a otras disciplinas como humanidades, economía, ciencias sociales, y especialmente al estudios de las lenguas. Oigamos la descripción de sus actividades en Alemania de sus propios labios  [7]  :

« Terminados sus estudios de bachillerato en el año 1906, marchó el firmante a Alemania a los catorce años de edad con objeto de estudiar la Medicina, cuyas asignaturas cursó en las Universidades de Kiel y Leipzig, doctorándose en esta última el año de 1912. Dedicado ya casi desde el principio de su carrera al estudio especial de la Fisiología, ocupó en los últimos semestres una plaza de Ayudante sustituto, y obtuvo finalizados sus estudios una plaza de asistente numerario en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Leipzig ».

« Además de los estudios de Medicina el solicitante ha cursado las asignaturas y trabajos prácticos que para la carrera de Química se requieren en Alemania, faltándole únicamente para terminarla las dos terceras partes del curso dedicado a la obtención de preparados orgánicos ».

« Además del Alemán conoce el que suscribe el Francés que traduce habla y escribe casi como su propia lengua ; el Inglés que traduce con facilidad y habla y escribe regularmente, habiendo tenido ocasión de practicarlo durante dos veces que ha estado en Inglaterra ; el Italiano, que traduce correctamente y en el cual puede conversar ; y el ruso en el que puede sostener una conversación y traducir cualquier tema con ayuda de un diccionario ».

Durante su permanencia en Alemania, actuaba en la Facultad de Medicina de Leipzig como profesor asistente numerario tomando parte activa en la enseñanza teórica y practica, “explicando las clases cuando el Catedrático estaba imposibilitado” o los otros asistentes “ausentes como sucedió durante la guerra”.

En este periodo intervino, según era costumbre, “en cuantos trabajos de investigación salieron del Instituto” y publicó, cuando solo contaba entre 20 y 22 años, varios trabajos de investigación sobre fisiología  [8] en las revistas alemanas, y tradujo del francés al alemán la obra de Ch. Richet titulada “L’Anaphilaxie” con dos folletos y adiciones hechas expresamente por el autor para la edición Alemana.

Bien repleto de saber, en Octubre de 1915 salió de Alemania “a causa de las anormales circunstancia que por razón de la guerra se atravesaban, constituyendo un obstáculo para la continuación de sus trabajos”, ya que faltaban materiales y otros elementos, y sobre todo tiempo, por tener a su “cargo las ocupaciones que antes desempeñaban tres asistentes, dos de los cuales estaban en la guerra”.

Ya de regreso a España, piensa continuar sus investigaciones fisiológicas en los Estados Unidos. Con este fin presenta una instancia a la Junta para la Ampliación de Estudios, fechada en Las Palmas, el 22 de febrero de 1916 solicitando una pensión  [9] para estudiar en diversos centros de investigación norteamericanos, según el plan que él mismo explica :

« Trabajar en laboratorio de Fisiología que dirije el profesor Meltzer en el “Rockefeller Institute for Medical Research” y en laboratorio que dirije el profesor Grahan Lusk en la “Cronwell University” y estudiar con este ultimo la glucosuria originada por la fluoricina. Perfeccionar la técnica quirúrgica - fisiológica en el “Rockefeller Institute”. Si a los seis u ocho meses puede estimarse ultimada la labor en New York, pasar previa consulta y autorización de la Junta a la Harvard University cerca de Boston, a trabajar con Cannon  [10] y Porter y conocer prácticamente los métodos originalísimos, que según un folleto de Porter, se siguen allí para el estudio de la Fisiología »  [11].

Pero en lugar de obtener la beca solicitada, se crea el Laboratorio de Fisiología General de la Residencia de Estudiantes  [12] , y se le ofrece la dirección, según resolución tomada por la Junta, en sesión celebrada el 3 de Julio de 1916, presidida por D. Santiago Ramón y Cajal, y con la asistencia de Rodríguez Carracido, Bolívar, Casares, Menéndez Pidal y Fernández Ascarza, que dice textualmente  [13] .

« Teniendo en cuenta la conveniencia de emprender en el curso próximo en la Residencia de Estudiantes trabajos de Laboratorio para estudios de fisiología, a propuesta de Cajal, se acordó invitar a D. Juan Negrín López que ha pasado varios años dirigiendo practicas de fisiología en la Universidad de Leipzig, para que venga en el curso próximo y se ponga [...] al frente del Laboratorio de Fisiología que se organiza en la Residencia.  [14]  » .

También en la Memoria de la Junta, correspondiente a los años 1916 y 1917, se menciona al nuevo Laboratorio :

« Un hombre joven, formado principalmente en las Universidades alemanas, donde ha desempeñado varios años funciones docentes, D. Juan Negrín, ha accedido, invitado por la Junta, a encargarse de un Laboratorio de Fisiología que, por falta de local adecuado, no ha podido incorporarse al Instituto Nacional de Ciencias y se aloja en la Residencia de estudiantes »  [15] .

« Las deficiencias de material en estos primeros años de instalación, agravadas por la dificultad de adquirirlo a causa de la guerra, han hecho difícil la misión del Sr. Negrín, quien, sin embargo, no solo ha sabido sacar partido de los escasos medios puestos a su disposición, sino que durante el verano ha conseguido hacer trabajos de investigación personal »  [16] .

Al llegar a Madrid para hacerse cargo de la dirección del Laboratorio de la Residencia, su actividad principal fue preparar a un grupo de jóvenes investigadores, al tiempo que él hacia sus propias investigaciones. Además iniciaba y cultivaba sus relaciones científicas. Las primeras relaciones de Negrín en España fueron en Madrid con el físico Blas Cabrera (1878-1945), también canario, y en Barcelona con Augusto Pí-Suñer (1879-1965), iniciador de la escuela de fisiología de Cataluña. Cajal sentía por Negrín predilección manifiesta y en el Instituto creado bajo su advocación estaba previsto un Departamento de Fisiología que D. Santiago deseaba organizase Negrín personalmente. También estuvo en contacto con Gómez Ocaña, Catedrático de Fisiología de Universidad de Madrid  [17] , del que fue auxiliar interino sin sueldo, a partir del curso 1917-18.

Durante estos años, pensando en su carrera universitaria, Negrín necesita revalidar los títulos obtenidos en Alemania. Para ello solicita a la Universidad Central la convalidación sus estudios a fin de obtener los títulos de licenciado y doctor en Medicina. En 1918, se le concede la posibilidad de hacer un examen “de revalida o de conjunto” para poder obtener el grado de licenciado. Examen que realiza obteniendo las calificaciones de Sobresaliente y Premio Extraordinario. Más tarde, en 1920, después de haber realizado los cursos de doctorado y presentado una tesis con el titulo El tono vascular y el mecanismo de la acción vasotónica del esplácnico, obtuvo el titulo de doctor con la calificación de sobresaliente.

A la muerte del Dr. Gómez Ocaña, ocurrida en 1919, quedó vacante su cátedra, que fue ocupada por Negrín, al ser elegido por unanimidad, en las oposiciones celebradas en 1922  [18] . En la Facultad de Medicina organiza un Laboratorio de practicas, reservándose el de la Residencia a trabajos especializados y de investigación  [19] . Ya catedrático, fue elegido en 1923 Secretario de la Facultad de Medicina, lo que le permitió una actuación más dinámica en beneficio de las enseñanzas de su Facultad que también se hicieron extensivas a otras facultades y dependencias universitarias.

Vemos, pues, que la figura de Negrín es la de un precoz y brillante investigador y profesor universitario con una importante de la obra científica. Sus estudios sobre la fisiología de las glándulas suprarrenales, fueron publicados en los Archiv für gesmte Physiologie, y Pflüger’s Archiv, en los Treballs de la Societat Catalana de Biología, y en el Boletín de la Sociedad Española de Biología. Bajo su diseño y utilizando la dirección de Torres Quevedo y el personal de su Instituto, se construyeron varios aparatos científicos de precisión para los laboratorios fisiología, actividad que también era nueva en España.

Pero además de su brillantez académica personal, lo que realmente distingue a Negrín, fue la formación de su propia escuela de fisiología, a la que pertenecieron un nutrido número de discípulos, entre los que figura un Premio Nobel, que fueron entrenados en su laboratorio y orientados a ampliar estudios en los centros más avanzados de Europa. Todos ellos tuvieron muy fecunda actividad, tanto en investigación, con cuyos resultados se llenaron cientos de paginas de las revistas especializadas más importantes, como también docente ejercida en prestigiosas universidades en donde formaron nuevas generaciones. El exilio de muchos de estos discípulos es lo que consideraremos, más adelante, como el exilio científico de Negrín.

Todos ellos se formaron en la investigación científica bajo la dirección y el estimulo de Negrín, en el Laboratorio de Fisiología de la Residencia de Estudiantes y muchos colaboraron con el en su cátedra de Fisiología de la Universidad de Madrid. También los orientó en sus tesis doctorales y en la elección de los laboratorios y centros europeos en donde ampliaron estudios becados por la JAE. Casi todos hicieron una brillante carrera académica accediendo a las cátedras de Fisiología de diversas universidades españolas. Sus trabajos científicos se publicaron en las principales revistas especializadas europeas y americanas.

Entre ellos destacan : José Hernández Guerra (-1932), también canario, que es el primero y su más estrecho colaborador, en el Laboratorio de la Residencia, y en la cátedra. Fue pensionado en el College de France, y en los Institutos de Fisiología de Bruselas, Berna y Edimburgo. Catedrático de Fisiología en Salamanca, toma la excedencia para dirigir la sección de Farmacobiología del Instituto Nacional de Comprobación de Medicamentos de Madrid. Muere prematuramente en 1932.

José Mª. Corral García, se inicia en el Laboratorio de la Residencia (1919), es becado en Berna. Catedrático de Fisiología en la Universidad de Santiago en 1923. Negrín le propone como profesor de Patología Química, que ejerce de 1933 hasta 1937.

Sin duda el más brillante de sus discípulos fue Severo Ochoa (1905-1993), que junto con García Valdecasas (1905-1987), fueron los primeros que elige Negrín (1925) cuando eran estudiantes en la Facultad de Medicina de Madrid para trabajar con él en el Laboratorio de la Residencia. Ochoa comienza sus viajes de estudios : en Glasgow (1927, con Paton), en Berlín (con Meyerhof, Premio Nobel 1923), en Londres (con Dale, premio Nobel de 1936). Se doctora en 1929. En 1935, recién creado el Instituto de Investigaciones medicas de Jiménez Díaz, se hace cargo de la dirección de su Sección de Fisiología.

José María García Valdecasas (1905-1987), colabora con Ochoa en el Laboratorio de la Residencia. En 1929 es becado en Cambridge (con Hopkins), Alemania (Universidad de Kiel). Se doctora en 1929, es auxiliar de la cátedra de Negrín. Continua estudios en Halle y Praga (1932). En 1935 es Catedrático de Fisiología de la Universidad de Salamanca.

Ramón Pérez Cirera (1906-). Colabora en la Residencia con Ochoa y García Valdecasas (1925). Es becado en el Instituto de Fisiología del College de France (1928), en la Fundación Rockefeller de Nueva York, en la Universidad de Cambridge, y en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Rostock. Trabajó en el Instituto de Control de Medicamentos y fue catedrático de Fisiología de la Universidad de Valladolid.

José García Blanco (1898-), realiza su tesis de doctorado en el Laboratorio de la Residencia (1926) y preparar la cátedra Fisiología (Universidad de Granada). Había estudiado en Heidelberg (1925), en el Laboratorio de Fisiología, y con beca de la JAE en el Instituto Rockefeller de Nueva York (1928).

José Puche Alvarez (1896-1979), aunque perteneciente al grupo de Pi Suñer en Barcelona, se trasladó en 1926 a Madrid, para terminar su tesis en el Laboratorio de la Residencia, después de doctorarse, Negrín le propone trabajar con él en su cátedra. Regresa a Barcelona. Obtiene la cátedra de Fisiología de la Universidad de Salamanca (1929), y Valencia (1930). Rector de la Universidad de Valencia en 1936.

Rafael Méndez Martínez (1906-1991), aunque discípulo del Dr. D. Teófilo Hernando, colaboro con Ochoa en el Laboratorio de la Residencia, donde preparó su tesis doctoral (1928). Fue becado en Edimburgo (1927 y 1929), y en Köningsberg (1931). En 1933 recorre varios Laboratorios del Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones, para estudiar normas y procedimientos de la producción de fármacos. Entró como técnico del Instituto Nacional de Comprobación de Medicamentos de Madrid, en la sección que dirigía Hernández Guerra, a quien sustituiría en 1932, después de su muerte. Catedrático de Farmacología de la Universidad de Cádiz (1935), continua con sus tareas de investigación en el Instituto de medicamentos.

Francisco Grande Covián (1909-), se inicia en el Laboratorio de la Residencia (1928), colaborando con Ochoa. Alumno interno de la Cátedra de Fisiología de Negrín (1929), por sugerencia de este realiza estudios en la Universidad de Edimburgo, y becado por la JAE, visita distintos centros (1932 a 34) en Copenhague (Prof. Krogh), Zurich (Hess), Lund (prof. Thumberg), Londres (prof. Evans). A su regreso a España es nombrado auxiliar de la cátedra de Negrín, encargado de la docencia en sustitución del titular.

Pedro Barreda, formado en el Laboratorio de Negrín, fue becado en Friburgo (Tannhauser). Se dedicó a la medicina clínica como estrecho colaborador de Jiménez Díaz. Y entre sus últimos discípulos podemos mencionar a Germán García (1907-), Rodríguez Delgado, Blas Cabrera (hijo) (1908-1983), Alex,...

Otro rasgo importante en el perfil de política cultural y universitaria de D. Juan Negrín fue su actuación en la Secretaría General de la Ciudad Universitaria de Madrid, desde donde dirigió, “sin percibir retribución alguna”, las obras de un campus universitario de los más modernos del mundo. Con ellas quiso materializar la renovación del espíritu universitario (tan atrasado en múltiples aspectos y sobre todo en los científicos)  [20] y de los estudios experimentales modernos para los que se requerían laboratorios e instalaciones especiales. Por otra parte la materialización con la que hubiese querido sintetizar la idea de integración interdisciplinaria y cultural, en la que culmina la verdadera actividad universitaria y con la que se compensa la “barbara especialización”, era el colosal Paraninfo  [21] proyectado, que no fue construido durante la dictadura franquista ni tampoco durante la larga transición, habiendo quedado su nombre solo como denominación de la parada final de los transportes internos que recorren la Ciudad universitaria.

4 Negrín y el exilio.

Según nuestro parecer, Negrín, como otros científicos de su generación (recuerdo el ejemplo de Rey Pastor con el que tuve una filial amistad) actuaron en ciencia debido a su sentido regeneracionista, y les movía, como ya hemos aludido antes, la necesidad de sacar a España del atraso científico secular. Pero para regenerar en ciencia, había que regenerar en cultura, y sobre todo había que regenerar en política. Así lo entendió Negrín cuando al proclamarse la República, elegido diputados por Las Palmas, se incorporó a las tareas del Congreso constituyente, y actuó en política de una forma muy personal hasta el final de sus días.

El 1 de febrero de 1939, tiene lugar en el castillo de Figueras (Gerona) la última reunión del Parlamento de la República en suelo español. Unos días más tarde (el 6 de febrero) salen de España los presidentes Azaña (de la República), Martínez Barrio (del Congreso), Companys (de la Generalidad de Cataluña) y Aguirre (del Gobierno Vasco). El 27, de febrero, Azaña dimite por carta enviada al presidente de las Cortes. Negrín también había salido de España el 6 de febrero, pero para regresar inmediatamente a la zona Centro-Sur. Él no ha dado todavía la guerra por perdida y considera que el presidente del Gobierno debe permanecer junto a su pueblo. La sublevación contra la República del coronel Casado es la que provoca la salida definitiva de Negrín, con el resto que quedaba de su gobierno.

Desde ese momento, que puede considerarse como el comienzo del exilio de Negrín, su preocupación es doble. Por una parte, buscar los auxilios necesarios para los cientos de miles de refugiados que se vieron obligados a salir del territorio español por temor a la sangrienta represión de Franco ; como así se verificó con muchos de los que quedaron. Por otra parte, mantener la unidad y la representatividad de las instituciones de la República española, formalidad que consideraba de la mayor importancia en aquellas vísperas del comienzo de la guerra contra el nazifascismo italo-alemán, con la esperanza de restauración republicana en España. Pero en el caso de Negrín no es solo su exilo personal el que cuenta, también lo es el de su escuela de fisiología, que podemos considerar como su exilio científico, ya que todo el esfuerzo realizado para implantar en España una escuela científica con todas sus futuras repercusiones, se vio frustrado por las circunstancias adversas del régimen franquista.

Por eso, la figura de Negrín en el exilio se ha de contemplar desde tres ángulos. Por una parte su actividad de apoyo y organización de la ayuda al medio millón de exiliados que salieron de España en condiciones precarias huyendo del franquismo. Segundo el exilio de su escuela científica que se dispersó en el extranjero, pero siguió cultivando la ciencia con la sabiduría y el entusiasmo que él les había inculcado. Y, por ultimo, su exilio como político desde el que intentó mantener la unidad y la legalidad republicana, e influir para la restauración de la República en territorio español.

Veamos por separado estas tres vertientes del exilio de Negrín.

Apoyo al exilio general.

El exilio en general, comenzó desde bien antes de que terminara la guerra civil, pero en las ultimas semanas previas a la terminación de la guerra, habían salido del territorio español varios cientos de miles de exiliados. La mayor parte por la frontera con Francia, país que, ante tal avalancha, los recluyó en campos de concentración no demasiado hospitalarios como Gurs, Agde, Septfonds, Saint-Cyprien, Argeles-sur-mer, ... Otra parte de la emigración, la que se produjo por Levante tras la caída de la región Centro-Sur, se había trasladado a al norte de Africa (Argelia, Túnez). Todo este exilio masivo de excombatientes republicanos, y en muchos casos con sus familias, nunca será lo bastante recordado, ni reconocido su valor y sacrificio. No es un exilio de grandes nombres propios sino que está formado por los que con su esfuerzo, intentaron la renovación de España y, en cierta medida, evitar el comienzo de la Segunda Guerra Mundial e impedir el avance de los regímenes totalitarios en Europa, como se vio posteriormente durante la resistencia en Francia. Este exilio, que podemos llamar exilio general, le preocupó a Negrín muy especialmente.

Ya antes de que terminara la guerra se ocupó Negrín de buscar los medios necesarios para atenuar los desbastadores efectos que una emigración forzada y masiva podrían ocasionar. Primero gestionando facilidades de acogida en Francia  [22] y suministrando medios de desplazamiento. Después, mediante la organización de un Servicio de Emigración de los Republicanos Españoles (el SERE )  [23] , creado en París, en el mismo mes de abril de 1939 en que acabó la guerra. Creado directamente por iniciativa de Negrín, y con la representación de todos los partidos políticos y los principales sindicatos, tenia por objeto obtener y administrar recursos económicos de ayuda a los emigrantes españoles. Su actividad comienza con la gestión del traslado de refugiados a América, la mayor parte con destino a México, donde, con la finalidad de facilitar la acogida, se crea también un Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles  [24] , presidido por su discípulo, y leal colaborador y amigo, el doctor José Puche. Durante “el verano de 1939 llegan a México oleadas de republicanos en barcos enviados por el SERE” (los primeros  [25] barcos son el Sinaia y el Mexique). Otros barcos tuvieron destinos diferentes, se dirigieron a Chile (el Winnipeg vinculado con Neruda), a la República Dominicana, a Nueva York, ...

Estas instituciones no solo gestionaran el traslado de los exiliados, sino también crearan instituciones económicas, sociales y culturales para facilitar la integración de los exiliados al país, entre las que se puede citar a :  [26] la Financiera Industrial Agrícola, S. A., la Cooperativa Pablo Iglesias, (empresa constructora), Vulcano, S. A. (construcciones mecánicas), Laboratorios Químicos, Cooperativa de Ahorro y Construcción, Industria Pesquera, S. A., la Editorial Séneca, el Instituto Luis Vives, la Academia Hispano Mexicana, el Colegio Juan Ruiz de Alarcón, etc..

No podemos dejar de mencionar que la enemistad declarada  [27] de Prieto hacia Negrín, también influyó negativamente en la organización de la ayuda a los exiliados, que como decía Negrín en una de sus cartas a Prieto, “al margen de toda relación personal hay asuntos que afectan a nuestros refugiados y a nuestra responsabilidad sobre los que es preciso que aclaremos la situación”  [28] . Nos referimos a la creación de otra organización de ayuda a los exiliados que tomó el nombre de Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE). Esta Junta se constituye en París el 28 de julio de 1939, en reunión de la Diputación Permanente de las Cortes de la República sin la presencia de Negrín, bajo los auspicios de Prieto, y comienza su funcionamiento, con los fondos que había enviado Negrín a México en el barco Vita, meses más tarde. Solo “llegaron en los años sucesivos” nuevos exiliados utilizando este conducto.

Negrín y “su” exilio científico

Aunque, como ya hemos reiterado, no podemos considerar estrictamente a Negrín como un exiliado científico  [29] , ya que desde que salió de España en 1939, estuvo principalmente ocupado en actividades políticas, si podemos considerar que una de sus principales actividades científicas desarrolladas antes de la guerra, como fue la de formar una fecunda escuela de investigadores, si se vio afectada profundamente por los efectos de la contienda bélica.

Ya vimos como durante los años de la guerra son alteradas esas actividades. Algunos de sus discípulos colaborarán con Negrín en diferentes puestos oficiales. Como Rafael Méndez, que fue su secretario particular y hombre de confianza en el Ministerio de Hacienda (1937), y que fue nombrado Director General del Cuerpo de Carabineros, cuando se creó este cuerpo que era de la máxima confianza de Negrín. O como al Dr. Puche puesto al frente del Instituto Nacional de Alimentación (como director y a Grande Covián como subdirector) y después Director General de Sanidad Militar.

A otros los impulsó para salir al extranjero a continuar sus estudios, como el caso notable de Ochoa, a quien Negrín le facilitó su traslado a Heidelberg, para trabajar de nuevo con Meyerhof.

Después de la guerra, la mayoría  [30] de los discípulos de Negrín se vieron obligados al exilio, en el que en general continuaron con sus trabajos de medicina  [31] y muchos de ellos pudieron seguir las investigaciones que habían iniciado en España. Vemos sucintamente su actividad en el exilio :

Ochoa, en los primeros meses de 1936, había opositado sin éxito a la cátedra de Fisiología de la Universidad de Santiago, que gana Jaime Pi Suñer. Empezada la guerra civil, después de una breve estancia en Heidelberg, se ve obligado a desplazarse a Inglaterra al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, y más tarde a Estados Unidos, donde realizó el resto de su trabajo que le conduciría a obtener el Premio Nobel (1959). No nos extendemos sobre esta figura dada su publica notoriedad.

García Valdecasas, durante la guerra fue un constante colaborador Negrín. Exiliado en México dedica sus actividades a la industria farmacéutica siendo director en México de un importante laboratorio farmacéutico propio, al que puso nombre.

Ramón Pérez Cirera (1906-) en vísperas de la guerra, emigró por razones personales a México, donde poco después llegó el alud de exiliados al que se incorporó intelectual y solidariamente. Profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y jefe del Departamento de Farmacología. Participó junto con Rafael Méndez, en la renovación de la enseñanza de la medicina llevada a cabo en los años 60. Organizó un Seminario de Medicamentos, cada semana (durante cerca de 20 años) se reunieron médicos farmacólogos y químicos farmacéuticos (entre los que participaron José Puche, Rafael Méndez, Dionisio Nieto, Ramón Álvarez Buylla, Carlos Méndez)

José Puche  [32] después de la guerra, Negrín le comisionó para organizar el SERE en México, donde lo primero fue organizar la atención sanitaria de los exiliados que llegaron a Veracruz en el verano de 1939 ; más tarde organizó un laboratorio químico farinacéutico, que dio trabajo a muchos exiliados. Fue profesor de fisiología e investigador en la Facultad de Medicina de la UNAM. Colaboró asiduamente en temas médicos y con artículos de homenaje o recuerdo de científicos españoles e hispanoamericanos y de divulgación científica, en CIENCIA y en otras prestigiosas revistas iberoamericanas. Fue presidente del Patronato del Colegio Luis Vives, miembro del comité técnico del Colegio Madrid, presidente de la UPUEE, y director de la revista CIENCIA.

Rafael Méndez  [33] , después de terminada la guerra gracias a la amistad de Negrín con el Prof. Cannon, jefe de Fisiología en la Universidad de Harvard, obtuvo un puesto en esa Universidad, donde publicó varios trabajos en el Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics. Más tarde fue profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loyola en Chicago, regida por jesuitas. Finalmente se traslada a México en 1947, donde se incorpora al Departamento de Farmacología del Instituto Nacional de Cardiología y es profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue miembro del cuerpo consultivo del Instituto Nacional de Cardiología. Premio Nacional de Ciencias (1978).

Grande Covián durante la guerra es subdirector del Instituto Nacional de Alimentación, y junto a José Puche, estudian la forma de atender las deficiencias nutritivas en la población de Madrid durante la guerra civil. Después de la guerra permanece en Madrid (en lo que Giral llama el exilio interior) trabaja en los laboratorios IBYS y en el Instituto de Investigaciones Médicas de Jiménez Díaz, ocupando el puesto que había tenido Ochoa antes de la guerra. En 1950 accede a la cátedra de Fisiología de la Universidad de Zaragoza. En 1953 va a Estados Unidos, a la Universidad de Minnessota, y al Hospital Monte Sinaí. En Estados Unidos pasó alrededor de 20 años desarrollando una prolífica labor de investigación científica en problemas cruciales de fisiología general, muy especialmente relacionados con la nutrición. En su paso por Estados Unidos reanudó las relaciones con Ochoa, al que le unía cordial amistad. A su regreso a España, la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza no le mantuvo después de la jubilación, la Facultad de Ciencias de Zaragoza le contrató para trabajar en investigación bioquímica. También participó en los cursos de verano sobre Nutrición en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.

Otros de los discípulos de Negrín exiliados fueron, en México, Blas Cabrera (hijo), Germán García, y en Estados Unidos Rodríguez Delgado, que fue profesor de Fisiología en la Universidad de Yale.

A mediados de los años 70, dentro del IV Plan de Desarrollo, hubo un movimiento de “recuperación de cerebros”  [34] , impulsado entre otros por Mayor Zaragoza, con el resultado del retorno de algunos científicos exiliados, entre ellos varios discípulos de Negrín, particularmente, Ochoa, Rafael Méndez y Grande Covián.

El exilio político de Negrín.

El exilio de Negrín como político tiene gran relevancia por sus esfuerzos para mantener la legalidad y la unidad republicanas, en la creencia de que al finalizar la Guerra Mundial a favor de los aliados, seria posible la restauración de la República. Por eso, se trasladó con parte de su gobierno en exilio a Londres  [35] , durante la guerra mundial, donde se debatían las consecuencias de la conflagración y sus posibles repercusiones en cada país.

Ya hemos visto como la legitimidad del gobierno de Negrín se mantiene en la ultima reunión del Parlamento de la República en territorio español (Castillo de Figueras, 1 febrero, 1939), y se ratifica en París el 31 de marzo de 1939, en la reunión de la Diputación permanente de las Cortes con el Gobierno de Negrín, para que continúe con la representación de la legalidad republicana en el exilio.

En cuanto a la unidad de los republicanos en el exilio, el gran escollo proviene de la enemistad declarada que le profesa Prieto y que Negrín en reiteradas ocasiones intenta recomponer sin éxito alguno. Esta fractura va a tener consecuencias muy negativas, sobre todo para el mantenimiento de una legalidad sin fisuras que era necesaria para obtener el apoyo de las potencias aliadas (que comenzaban a ver las ventajas que para sus intereses significaba el mantenimiento de una dictadura en España). Así, Prieto desde México, apoyado por una “Junta de Liberación Española” (creada en 1943), dificulta las tareas políticas y diplomáticas realizadas por Negrín en Londres.

Como una de las manifestaciones del prestigio de Negrín en el exilio londinense, recordemos su participación en una reunión de gran interés  [36] , sobre Ciencia y Nuevo Orden  [37] que se celebró en Londres en septiembre de 1941, organizada por la Asociación Inglesa para el Progreso de la Ciencia  [38] . En ella se trataron temas de gran envergadura como la Ciencia y el Gobierno ; la Ciencia y las necesidades humanas ; la Ciencia y la planificación mundial ; la Ciencia y el progreso técnico ; la Ciencia y la ayuda postbélica ; la Ciencia y el entendimiento humano. Esta reunión fue inaugurada por Churchill a la que asistió, entre otros científicos famosos, el mismo Einstein  [39] . Negrín presentó una ponencia titulada Ciencia y Gobierno, temas de los que era un gran conocedor, y en su persona reunía como vivo ejemplo.

Ya próximo el final de la Guerra Mundial  [40] , los gobiernos en el exilio de los diferentes países ocupados gestionan su “estatu quo” posterior a la guerra. Situaciones que se resolverán principalmente en las conferencias de Yalta (febrero de 1945, con participación de Stalin, Roosevelt, y Churchill), y Potsdam (julio de 1945, con Stalin, Truman y Churchill), en ellas se perfilaran gobiernos y fronteras de los países ocupados. En España habían intervenido los países del Eje (Alemania, Italia), lo que daba cierta capacidad de actuación política para la restauración republicana. En el hervidero político que era Londres en ese momento, Negrín estableció relaciones con el general De Gaulle del que obtuvo, según Rafael Mendez  [41] , la promesa de apoyar un gobierno de transición de la República española, si era presidido por él, único que le inspiraba confianza personal en unas futuras relaciones con España.

En abril de 1945 se celebra en San Francisco la Conferencia preparatoria de la Naciones Unidas. Para influir en las deliberaciones, España estuvo presente a través del apoyo de México (”que se honra prestando la voz de México donde no puede hablar España”), participando, indirectamente, Prieto, Albornoz, Gordon Ordás, por parte de la Junta de Liberación, y Negrín y Alvarez del Vayo por parte del Gobierno de la República, con una aparente unidad.

Para lograr el apoyo de las potencias aliadas era preciso acabar con la dualidad republicana (Londres-México) y resolver de una vez por todas la legalidad de sus distintas instituciones. Para ello nada mejor que una reunión de las Cortes republicanas con la mayor participación posible de diputados en el exilio, en las que se eligiera un presidente de la República (que desde la dimisión de Azaña, lo era en funciones Martínez Barrio como presidente de la Diputación Permanente) y se formara un nuevo gobierno aceptado por todos.

El 1 de agosto de 1945, Negrín pronuncia un discurso en el Palacio de Bellas Artes de México  [42] . El 17 de agosto de 1945 se celebra la reunión del parlamento español en la Sala de Cabildos del Zócalo en Ciudad de México, a la que el gobierno mexicano había concedido la extraterritorialidad para dar mayor legitimidad a la República española. En esta reunión sale proclamado presidente de la República Diego Martínez Barrio. Ante el nuevo presidente Negrín presenta su dimisión formal con la esperanza de ser reelegido. Esto no es así, es elegido Giral, que ya había sido presidente del gobierno en los primeros meses de la guerra civil. Negrín pierde por tanto la esperanza de ser confirmado en la presidencia del Gobierno, para poder incidir en la solución de los problemas de la República, mediante sus relaciones en Londres, antes de que se resolviera las cuestiones europeas de posguerra.

Este rechazo significa su definitiva retirada de la vida política y se traslada a París. Años más tarde, en 1848, publica (con gran escándalo de sus correligionarios) sus famosos artículos en el Herald Tribune de París, con la petición de incluir a España en el Plan Marshall  [43] (“contra el régimen franquista todo, contra España nada”). Deja encargado que, después de su muerte, le sean entregadas a Franco las cuentas del controvertido “oro de Moscú”  [44] .

Finalmente muere en París el 12 de noviembre de 1956 prácticamente abandonado de todos y, por propio deseo, su nombre no aparece sobre su tumba.