El sujeto de la economía.
Cara a un análisis de la Sociedad de la Información vamos a considerar a los sistemas productivos como conjuntos de elementos organizados y empleados por el hombre sobre la Naturaleza, para crear bienes utilizables o consumibles por él. Al tratar de los sistemas productivos se deben tener en cuenta a los actores Sujeto, Naturaleza y Sociedad que siempre están presentes en los estudios sociológicos y económicos, y también reflexionar sobre cual es la razón y necesidad, si es que la hay, de que exista la producción.
El sujeto puede ser o bien un individuo, y así tendríamos el sujeto individual, o bien un conjunto formado por cierto número de individuos relacionados entre si mediante determinadas relaciones y así tendríamos el sujeto social. Obviamente nunca encontraremos a un individuo aislado, y por tanto hablar de sujeto individual es una abstracción para referirnos a los enfoques que pueden hacerse desde el punto de vista de un individuo. De la misma manera considerar a un conjunto de individuos como sujeto social, es también una abstracción en cuanto que se deja de tener en cuenta la complejidad que proviene de las interrelaciones que se producen entre los individuos y solo se toman en consideración aquellas características que se pueden diferenciar como actuantes frente a otros sujetos sociales. También hay que otorgar al concepto de sujeto una relatividad entre el sujeto individual, formado por "un solo individuo", y el sujeto social formado por "toda la sociedad". Así, un sujeto individual podría ser la familia, y un sujeto social podría ser una clase social o un grupo social, con denominaciones relativas de sujeto individual y de sujeto social de unos grupos respecto de otros. Esta capacidad dinámica de los grupos sociales de ser sujeto individual o sujeto social según las circunstancias es muy importante tenerla en cuenta para no caer en equívocos y ambigüedades que pueden ser fácilmente manipulables. Una característica del sujeto individual, aceptada sin crítica desde el Génesis, es su ligazón indisoluble con el trabajo. Más adelante veremos que al menos es posible aflojar ese lazo.
El sujeto existe dentro de la Naturaleza, es parte de la Naturaleza, ha evolucionado con la Naturaleza. Para vivir, desarrollarse y evolucionar, necesita de la Naturaleza. Sobrevive en un permanente intercambio con la Naturaleza de materia, energía e información. Parece obvio el intercambio de materia y de energía, pero el intercambio de información parece más sutil. El intercambio de información entre el individuo y la Naturaleza es el que, a través de la evolución natural , ha producido el código genético : lenguaje biológico que se manifiesta por una parte en el metabolismo y por otra se expresa mediante los instintos que orientan al hombre en la toma de decisiones inmediatas y elementales (la mayor parte comunes con otros animales y muy especialmente con los mamíferos), como seleccionar los alimentos adecuados, defenderse de los ataques de los depredadores, buscar pareja, ... También la información suministrada por la Naturaleza, recibida por los sentidos y elaborada por el cerebro humano de forma colectiva incide, por una parte, en la lenta modificación genética que es la base de la evolución natural y, por otra, en la que ha producido la cultura expresada y acumulada mediante un lenguaje articulado (primero oral y después escrito y en otros soportes ) que es la base de la evolución social. La ciencia y la tecnología son hechos culturales.
Factores básicos de la producción
En las sociedades humanas son los sistemas productivos (es decir, los sistemas mediante los que se crea la riqueza y los que forman las infraestructuras) los que dan origen a los distintos tipos de organización social. Los sistemas productivos toman diversas formas en épocas o en circunstancias distintas, pero en cualquiera de sus formas observamos que intervienen varios factores, elementos o instrumentos primarios o básicos, además de la participación del hombre (sujeto). La determinación de estos elementos o factores es esencial para la compresión de los sistemas económicos y, por tanto, sociales a los que dan lugar.
Durante la aparición de la economía como ciencia, es decir, desde que se considera que el orden económico está sometido a leyes naturales se consideró que los factores, elementos o instrumentos primarios o básicos, que intervienen en la producción de riqueza eran la tierra, y el trabajo. A los que pronto se agregó un nuevo elemento : el capital, considerado como el conjunto de herramientas, maquinas, enseres, materias primas... y provisiones, necesarios para iniciar una empresa. Más adelante se consideró a la tierra como una factoría y, por tanto, como otro de los factores que componen el capital.
Desde su origen estas ideas se han desarrollado y elaborado pero no se han sometido a crítica estos elementos, considerados como básicos, y siempre se han tomado como postulados iniciales inevitables en la construcción de los diversos modelos económicos definidos hasta ahora.
Pero esa distinción clásica de los diferentes factores o instrumentos que intervienen en la producción (la tierra, el trabajo, el capital) se refieren más a como repartirse, a cómo apropiarse del producto obtenido que a cómo producirlo. Se refiere, por tanto, a las personas, a los grupos de personas o clases sociales, que detentan la propiedad de esos elementos, es decir, se refiere a los terratenientes, a los trabajadores y a los capitalistas. Esto nos lleva a una interpretación sociológica y política de la producción, que es la base para el planteo de las transformaciones sociales que de ellas se puedan derivar. Sin embargo, desde el punto de vista técnico no son, a nuestro juicio, la tierra, el trabajo, el capital los elementos primigenios que intervienen en la producción, sino que estos son, realmente, la materia, la energía y la información. Es la apropiación de estos elementos lo que están definiendo las nuevas relaciones y luchas sociales.
Si observamos detenidamente las nociones de tierra, trabajo y capital, vemos que, en efecto, son factores no tan simples como para considerarlos elementales o básicos. La complejidad de esos conceptos nos parece tan suficientemente rica como para pensar en buscar la descomposición de cada uno de ellos en componentes más sencillas, hasta encontrar otros "elementos básicos" que intervengan en todos los sistemas productivos. Estos "otros elementos básicos" podrían ser, a nuestro juicio, la materia, la energía y la información y, aunque pueden aislarse unos de otros, suelen darse casi siempre, en la práctica, en forma combinada en mayor o menor proporción.
Materia, energía, información
Demos una breve descripción de las características de estos "elementos básicos o primarios", y veamos de qué manera forman parte de los conceptos tradicionales de tierra, trabajo y capital, para poder justificar que con esta descomposición en materia, energía e información (considerados como los elementos básicos) se facilita la comprensión de algunos fenómenos económicos y su evolución.
La materia (o materias primas), es el sustrato que hay que transformar, con ayuda de los otros elementos, para adecuarlo y realizar la construcción de objetos útiles o que satisfagan alguna de las necesidades o deseos del hombre ; es decir, la materia esta formada por aquellos elementos naturales (o parcialmente elaborados) que entran en el sistema productivo para ser transformados y obtener a partir de ellos los productos acabados. La materia originariamente se encuentra libre en la Naturaleza , aunque actualmente, en la industria y en la agricultura transgénica, alguna o muchas de las materias primas que intervienen en sus procesos productivos no sean naturales, sino que son materiales modificados o sintéticos y son componentes que se utilizan como materias primas de productos más elaborados, es decir, son materiales que ya han sufrido transformaciones realizadas por procesos productivos de otras industrias, pero que van ha ser sometidos a nuevas transformación para obtener el producto final deseado.
Para realizar estas transformaciones se requiere energía : energía muscular del hombre o de los animales, energía eólica para mover molinos y navíos, energía hidráulica, energía térmica a través del vapor de agua, energía eléctrica, atómica, solar, etc... Se necesita energía para extraer las materias primas y para transportar tanto las materias primas como los componentes y los productos acabados. La energía (junto con la información) que interviene en los sistemas productivos es el conjunto de los agentes capaces de realizar las modificaciones necesarias en las materias primas para obtener los productos acabados. Sobre las materias primas hay que aplicar energía en la forma adecuada para transformarla y obtener nuevos productos : antes se aportaba la energía directamente por el hombre (mediante su esfuerzo físico) o por los animales ; ahora se obtiene a partir de enormes yacimientos energéticos que existen en la Naturaleza y que hemos aprendido6 a utilizar y se aporta por intermedio de motores aplicados a instalaciones y maquinas.
Pero, el proceso productivo debe de estar controlado por la información necesaria para el "saber qué hacer" y el "saber cómo hacer". El "saber qué hacer" está incluido en la pregunta que dejamos planteada de ¿para qué es necesario producir ? y se ha definido, implícita o explícitamente, según las épocas y circunstancias, por distintos procedimientos. En la actualidad se dice que viene determinado por el mercado, a través de la demanda pero, en realidad, viene impuesto en gran parte por los grupos de presión mediante la creación de los gustos del público y la incitación al consumo . La "investigación de mercados" es una técnica mediante la que se pretende descubrir que es lo que se debe hacer y cuanto, técnica que debería convertirse en "investigación de necesidades" que junto con la "investigación de recursos" podrían orientar una producción más objetiva y ajustada.
El "saber cómo hacer" ha residido, generalmente en el conocimiento. Este conocimiento se obtenía tradicionalmente como fruto de la experiencia de los agricultores y artesanos, que aplicaban mediante el oficio que poseía cada uno, y actualmente se obtiene como resultado del desarrollo científico y tecnológico en los sistemas de producción modernos. Este conocimiento se emplea tanto para utilizar (saber manejar) las herramientas y las máquinas para la realización de tareas productivas, como para proyectar las maquinas, los procedimientos y los objetos (productos de consumo). La información es el elemento que interviene en los sistemas productivos para seleccionar los materiales (la materia) que se han de transformarse e indicar las modificaciones que sobre ellos deben realizarse, cómo deben hacerse dichas modificaciones y cómo y donde debe aplicarse la energía para lograrlo. Es el elemento proyectivo, inteligente, que intervine en la producción.
En los procesos productivos siempre se ha utilizado información : antes, en cantidades menores y obtenida de forma muy laboriosa al adquirir su destreza los obreros y artesanos (la agricultura y la ganadería también están en este caso) ; ahora, en cantidades cada vez mayores, como resultado de la investigación científica y técnica, y es de adquisición más accesible para el hombre. Además, en la actualidad se ha producido un hecho trascendente (muy novedoso y característico de la situación presente) que es de gran impacto social denominado automación, que consiste en que la información puede actuar directamente en los procesos productivos sin requerir para su interpretación la participación humana directa.
Tierra, trabajo, capital derivados de materia, energia, informacion.
Veamos ahora cómo los conceptos de materia, energía e información intervienen en la formación de los de tierra, trabajo y capital.
La tierra, ha sido considerada como un elemento básico en la creación de riqueza por el hecho real que se desprende de la observación que a cierta cantidad de semilla sembrada, responde con una cosecha que multiplica esa cantidad por un factor de cierta importancia.
La tierra,8 no debe considerarse equivalente a la materia (en el sentido que hemos dado más arriba, sino que es un factor productivo combinado, que además de ser un soporte material, y de incorporar materia prima como las semillas y los fertilizantes empleados (el suelo, los abonos, los minerales, el agua...), incorpora también y fundamentalmente energía (la que proviene del sol y de los nutrientes, la geotérmica, y otras), e información (principalmente la información genética contenida en las semillas, y la información cultural relativa al conocimiento sobre los ciclos y de los tratamientos agrícolas, aportada antes directamente por el conocimiento del hombre, y actualmente por otros procedimientos científicos y técnicos). Vemos pues que la riqueza aportada por la tierra mediante la agricultura se logra gracias a la materia, la energía y la información que intervienen en ella de una peculiar manera y que pueden considerarse como componentes de la misma.
El trabajo como elemento básico de la producción ha llevado implícito su indisoluble vinculación al hombre. Sin embargo, no toda actividad humana puede considerarse trabajo (en el sentido económico habitual) aunque se realice con esfuerzo y con fatiga, y también hay trabajo no humano que interviene en la producción como es caso del realizado por algunos animales y máquinas.
La pretensión de reducir la idea de trabajo a la actividad del hombre aplicada a la creación de riqueza , y por tanto a la producción, conduce a aceptar el principio que subyace latente en la maldición bíblica de "te ganarás el pan con el sudor de tu frente", es decir, a considerar el trabajo como una actividad económica vinculada con la producción y única por la que se justifica que el hombre tenga derecho a participar en la distribución de lo producido. Aceptar esta idea nos cerraría la puerta para construir una posible teoría en la que fuese factible plantear un sistema económico en el que cupiese la liberación del sujeto de gran parte del trabajo necesario en las tareas productivas mediante las que se producen los bienes materiales.
El trabajo humano que interviene en la producción, así considerado, está compuesto, según nuestra visión, de la energía aportada por su esfuerzo físico, y de la información aportada por el conocimiento que da un oficio o una profesión, de forma que la noción de trabajo queda descompuesta en, al menos, dos elementos más simples. [transformación de la naturaleza ]
Por otra parte, no nos parece que quepa duda de que no toda actividad humana sea trabajo en el sentido dado por los economistas clásicos, por más que esto siga siendo lo actualmente admitido y aunque Marx se separó de esta estrecha noción de trabajo, también en sus teorías económicas ha considerado siempre al trabajo, en tanto que actividad remunerada, como el nexo social principal y factor necesario e inseparable del capital para que fuese posible la producción . Con este nexo se han pretendido justificar las teorías sobre la apropiación del producto, y el equilibrio social logrado mediante el binomio trabajo y capital, y también se ha creído ver que este antagonismo es el que pone en marcha el motor de la economía, tanto para el desarrollo de las naciones, como para la creación de riqueza
El capital, considerado tanto en su forma de capital fijo , es decir como materias primas, instrumentos de trabajo, maquinaria, edificios, instalaciones, etc., como en su forma de capital circulante, es decir, productos no vendidos o dinero (pero que en ambos casos se puede convertir en capital fijo), tiene como esencia el ser un producto, una materialización, una cristalización operativa de los tres nuevos factores que hemos propuesto mas arriba, es decir, puede considerarse (como un acumulador) compuesto por materia, energía e información objetivada y ser considerado como la integración operativa de los tres factores básicos.
Además, desde nuestro punto de vista, el capital aunque ha sido un elemento utilizado en todos los sistemas económicos a lo largo de la historia ; ha necesitado que se acumule en una cantidad notable para que se convierta en un factor determinante.
La característica fundamental de toda herramienta o máquina es la de ser un elemento material de larga duración que contiene información, y amplifica la energía. Esta utilización de información proporcionada por las herramientas o las maquina y la capacidad que tienen para la amplificación de la fuerza o energía aplicadas sobre ellas, es lo que hace aumentar la productividad. Vemos, pues, que la razón fundamental para que no incluyamos al capital fijo como elemento básico de la producción, es que este está subsumido en los otros tres más generales.