« Habiendo visto la Gaceta extraordinaria que habla solamente de haberse encontrado la causa del Escorial entre los papeles del pobre príncipe de la Paz, veo que está llena de mentiras. E1 rey era quien guardaba la causa en la papelera de su mesa, y la confió al pobre príncipe de la Paz, para que la diera al gran duque, con el fin de que la presentase al emperador de parte del rey mi marido. Como esta causa se halla escrita por el ministro de la Guerra y de Justicia, y firmada por mi hijo, este y aquel mudarán lo que quieran como si fuese original y verdadero ; y lo mismo sucederá en lo que quieran mudar relativo á los demás comprendidos en la causa, pues todos están ahora al rededor de mi hijo, y harán lo que este mande y lo que quieran ellos mismos.
Si el gran duque no tiene la bondad y humanidad de hacer que el emperador mande prontamente hacer suspender el curso de la causa del pobre príncipe de la Paz, amigo del mismo gran duque, y del emperador, y de los franceses, y del rey, y mío, van sus enemigos á hacerle cortar la cabeza en público, y después á mí, pues lo desean también. Yo temo mucho que no den tiempo para que pueda llegar la respuesta y resolución del emperador ; pues precipitarán la ejecución para que cuando llegue aquella no pueda surtir efecto favorable por estar ya decapitado el príncipe. El rey mi marido y yo no podemos ver con indiferencia un atentado tan horrible contra quien ha sido íntimamente amigo nuestro y del gran duque. Esta amistad y la que ha tenido en favor del emperador y de los franceses, es la causa de todo lo que sufre ; sobre lo cual no se debe dudar.
Las declaraciones que mi hijo hizo en su causa no se manifiestan ahora ; y caso de que se publiquen algunas, no serán las que de veras hizo entonces. Acusan al pobre príncipe de la Paz de haber atentado contra la vida y trono de mi hijo ; pero esto es falso y solo es verdad todo lo contrario. No tratan sino de acriminar á este inocente príncipe de la Paz, nuestro único amigo común, para inflamar más al público y hacerle creer contra él todas las infamias posibles.
Después harán lo mismo contra mí, pues tienen la voluntad preparada para ello. Así convendrá que el gran duque haga decir á mi hijo que se suspenda toda causa y asunto de papeles hasta que el emperador venga, ó dé disposiciones ; y tomar el gran duque bajo sus órdenes la persona del pobre príncipe de la Paz, su amigo, separando los guardias y poniendo tropas suyas para impedir que lo maten, pues esto es lo que quieren, además de infamarle, lo que también proyectan contra el rey mi marido y contra mí, diciendo que es necesario formarnos causa y hacer que después demos cuenta de todas nuestras operaciones.
Mi hijo tiene muy mal corazón : su carácter es cruel : jamás ha tenido amor á su padre ni á mí : sus consejeros son sanguinarios : no se complacen sino en hacer desdichados, sin exceptuar al padre ni a la madre. Quieren hacernos todo el mal posible, pero el rey y yo tenemos mayor interés en salvar la vida y el honor de nuestro inocente amigo que nuestra misma vida.
Mi hijo es enemigo de los franceses, aunque diga lo contrario. No extrañaré que cometa un atentado contra ellos. El pueblo está ganado con dinero y lo inflamará contra el príncipe de la Paz, contra el rey mi marido y contra mí, porque somos aliados de los franceses, y dicen que nosotros les hemos hecho venir.
A la cabeza de todos los enemigos de los franceses está mi hijo, aunque aparente ahora lo contrario, y quiera ganar al emperador, al gran duque y á los franceses para dar mejor y seguro su golpe.
Ayer tarde dijimos nosotros al general comandante de las tropas del gran duque, que nosotros siempre permanecemos aliados de los franceses, y que nuestras tropas estarán siempre unidas con las suyas. Esto se entiende de las nuestras que tenemos aquí, pues de las otras no podemos disponer ; y aun en cuanto á estas ignoramos las órdenes que mi hijo habrá dado ; pero nosotros nos pondríamos á su cabeza para hacerlas obedecer lo que queremos, que es que sean amigas de los franceses. =Luisa. »